El de mi fantasía erótica con Carlos en la Cruz de San Andrés

La noche que pasé con Carlos en Trama VIP me dejó mala de deseo los días siguientes. Pero mala, mala. Tanto, que en cuanto tenía un momento de tranquilidad en casa me encantaba recordarlo y sentir como se mojaban mis bragas. Una de esas veces quise revivirlo acariciándome, tocándome. Sin más, sentada en el sofá, recosté mi cabeza, cerré los ojos y, sin quitarme nada, me desabroché el pantalón y metí mi mano, abriéndome paso como podía; no me lo iba a poner fácil desde el principio. Quería sentir la humedad por encima de mis bragas. Con la otra mano desabrochaba mi blusa y por debajo del sujetador pellizqué mis pezones.

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El de un intercambio de parejas de lo más oral en Divernis

Hoy recordaba a Adolfo y lo bien que me comía el coño.

Por si no os acordáis, Adolfo era quien me hablaba de Divernis, y con quien fui la primera vez. No recuerdo cuántas veces fuimos juntos. No muchas. Tal vez tres o cuatro. Pero siempre lo pasamos bien.

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