
Siempre he querido organizar o asistir a un baile de máscaras. Con vestido de noche y los chicos de etiqueta, y una máscara maravillosa. Me parece de lo más elegante a la par que excitante; Esa incertidumbre de saber quién se esconde detrás de la máscara. Quién y cómo te mira. Miradas penetrantes, frías, cálidas, altivas, insinuantes… miradas que se pierden entre la multitud. ¡Cuánto misterio! Bueno, pues el sábado pasado asistí a una.
sigue leyendo