
Era un domingo otoñal de octubre, había estado toda la mañanade shopping por el Barrio de Salamanca y después de comer algo ligero, pensé en un tema que llevaba mucho tiempo dando vueltas, y no era otra cosa que la de ir sola a un club swinger. Puesto que ya estaba en el Barrio, y que me encanta Divernis, no exageradamente grande, súper acogedor, ideal para relajarse en pareja, y ahora os puedo decirque, en solitario también, pensé “de hoy no pasa”.
sigue leyendo