
El verano daba sus últimos coletazos.
Me puse un vestido azul clarito, corto, sencillo, no tenía nada el vestido, algo de escote, pero son de esos vestidos que te los pones y realzan todas tus curvas de tal manera que llegas a pensar: «a ver si hasta voy a estar cañón y todo». Elegí unas sandalias plateadas y unos pendientes algo llamativos. Me ricé la melena y sin más, a eso de las 22h me fui a verlo actuar a un local de Vallecas.
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